
En la Parroquia dicha procesión se desarrolla en el interior del templo, mientras que en Santo Domingo por sus dimensiones más reducidas se ha hecho alrededor de la Iglesia de Santo Domingo y pasando por el Pasaje Sánchez Dalp, conocido popularmente como el "Alpargate", uno de los lugares más emblemáticos y esperados de la Madrugada de Viernes Santo.
Este hecho ha sido algo único y quien sabe si irrepetible con el paso del tiempo. De ahí su importancia y vivencia por los numerosos hermanos quienes abarrotaban el templo durante el sábado del Quinario. Sin embargo, hay elementos que no cambian pese a posibles cambios. Hay que recordar en este punto el canto del himno al Señor al final de cada Quinario reseñado en "Cómo Simón".


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